Criando Pollos






Hace cinco años que me vine al campo y desde un poco más de tres que tengo mi propia tierra... sin embargo el proceso por el cual llegué aquí tuvo inicio mucho antes, quizás toda la vida anterior a esta decisión, fue largo y progresivo, difuso al principio y contundente en el momento en que quedé embarazada de mi primer hijo. Empezó como una incomodidad, como un cuestionamiento, dudas sobre las obvias fallas del sistema, sobre la deshumanización del ser humano en un entorno urbano, desacuerdo con las injusticias sociales, resistencia ante las paradojas... De pronto vi que yo - que me consideraba tan especial y tan elegida-  había crecido sin cambiar al mundo, regodeándome en mi propia intensidad, dejándome llevar por la frivolidad intelectual y el diletantismo sin poner mi talento en hacer del mundo un lugar mejor... había una vida adentro de mí y entonces el mundo me pareció un lugar amenazante, inhóspito, contaminado, terriblemente distribuido y peor administrado, entendí en la carne que la belleza de la naturaleza que tanto amaba estaba realmente amenazada y a menos que ME MOVIERA las cosas tendían a empeorar y no tendría nada que ofrecer a esa criatura que se formaba a la vida en mi vientre, que latía con mis latidos, que se abultaba para recordarme que el tiempo del cambio era (y es) AHORA. 

No podía imaginar entonces, quizás apenas vislumbrar, lo arduo que sería llegar aquí, lo duro que es en sí el proceso de crianza, más cuando te empeñas en hacerlo nadando contra la corriente. No había manera de sospechar los desvelos, los sacrificios, las contradicciones, los desacuerdos, las preocupaciones, las dudas, las depresiones, los obstáculos, las decepciones... tampoco lo profundas que serían las satisfacciones de este cambio de vida... porque a ratos me siento como Dios, la gran Teurga -a diferencia de la Demiurga que prentendí ser al principio-, organizando el mundo para su mejor y más hermoso funcionamiento... tampoco podía imaginar que igual que yo son miles los que están despertando, cambiando, actuando... y mucho menos podía adivinar que a tantas personas alrededor del mundo les ha dado por criar... pollos! pues sí, en el establecimiento de un sistema permacultural que permita el trabajo sustentable y sostenible dentro de la granja hay que contemplar la función de los animales domésticos, ya que las gallinas, cabras, conejos, pavos, ovejas -que ahora tenemos- además de mantener los pastos, malezas y bichos en niveles controlables, abonan (sí, con el pupú), alimentan (con la leche, los huevos, ocasionalmente la carne) y -por fin- se reproducen!

Lo interesante es la analogía, la crianza de los hijos con la de los pollitos: que no se trata sólo de alimentar y cobijar, hay enfrentar que no todos los huevitos nacen ("no hay que contar los pollos antes de nacer"), que a veces se los comen las urracas, saber que cuando salen del cascarón existen otros depredadores (perros, zorros, gavilanes, rabipela'os, comadrejas, gatos, ratas...), que las mamá-gallinas los pueden perder en el mínimo descuido o asfixiar por sobreprotección... y que aún cuando lo hagas todo de la mejor manera algo puede fallar... que en última instancia -QUE ACASO DEBERÍA SER LA PRIMERA- sólo te queda soltar y confiar en Dios, para que supla lo que te pueda estar faltando, para que vea y acompañe con su  ubicuidad y su omnisciencia, allí donde no puedes ver y estar porque no es humanamente posible... y lo entiendes en esas avecitas que quizás un día colocarás en tu plato bien servidas y sazonadas... entonces me pregunto si las mismas reflexiones les pasan por la cabeza a todos los que están cambiando de vida... si todos los que estamos adoptando la vida neo-rural pasamos por las mismas dificultades... si a todos los que criamos pollos se nos parecen tanto a los propios hijos... y es que entonces uno ve que la gente de aquí está tan acostumbrada al milagro de la vida que lo que veneran es la muerte, como una querida vecina cuya gallina sacó una docena de pollos -tan normal- mientras que las mías apenas uno per cápita :(

Lo que para los campesinos es tan obvio y ordinario para mí es mágico, ellos están tan adentro de esto que han perdido la noción de lo sagrado del lugar, no ven la grandeza de lo que tienen, pero saben muchísimo y yo aprendo con avidez y los tolero y comprendo cada vez con más amor. Ante los obstáculos y retos sigo cada vez más firme, ya no me dejo abatir (tanto), cada logro lo celebro y magnifico, porque son pasos en nuestra evolución. Mi experimento se consolida, Villa Harkalya nos está sustentando!

Como dice la canción de Serenata Guayanesa" con real y medio compré una pava y la pava tuvo un pavito... con real y medio, con real y medio compre una cabra, la cabra tuvo un cabrito... con real y medio compre una gallina, la gallina tuvo un pollito... y siempre tengo mi real y medio" 





Si quieres ver más fotos de mis pollos, gallinas, gallos y pavos en Facebook sigue el enlace al álbum "Raising Chicks (& Turkeys)"

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